El día que me quiera

“El banco no te da dinero si no demostras que tenés crédito“.

Hoy lamento no recordar quien me lo mencionó por primera vez hace muchos años, porque se podría aplicar para todo; una relación no te da amor si no te amas.

No podés recibir lo que no tenés, y si alguien ostenta dártelo ni siquiera lo vas a percibir, va a pasar por tu costado. Es como ese cuento de las carabelas en la conquista de América, en la que los indígenas, hasta no tenerlas sobre las narices, no pudieron verlas porque no las tenían registradas, simplemente no sabían que existían.

¿Cuántos contratos te quedan aún romper para reconocerte como prioridad de tu propia vida?

¿Que distorsiones empañan tu camino hacia ti mismo?

¿Te animás a hacerte una lista de las creencias que te dejan en un papel secundario?

¿Querés ejemplos?

· Si me ocupo de mi misma soy egoísta

· Es que no tengo posibilidades

· No le puedo soltar la mano aunque me hiera porque sin mí, qué sería de su/mi vida

· Si no hago ésto o aquello, quedo afuera de la familia

· La sociedad me va a juzgar si sólo me ocupo de mi vida

· Es importante ayudar

· No sé qué deseo en realidad

· Cuando me sacrifico tengo reconocimiento

· Siempre se premió que fuera de tal o cual manera

· Etc etc etc

Muchas de estas creencias hasta parecen elevadas....

Pero, desde la motivación inconsciente, que en general es la que mueve los hilos de esa historia que te contás, se encuentran nuestras más profundas heridas de identidad.

Seguramente reflejen el momento que nos separamos de nosotros mismos para intentar tener un lugar afuera.

Como si fuese posible dejar de pertenecer! Aunque tus fantasmas te susurren que tu lugar está en riesgo, eso es imposible! Todos tenemos un lugar único e insustituible, es más, la mayoría de todos nuestros “males” provienen de comernos la pastilla de que se espera otra cosa de nosotros que no es Ser nosotros mismos!!!

Aunque a veces parezca y aunque te lo digan, la vida no espera eso de nadie.

La vida y la naturaleza aman el orden y también el caos que, lejos de ser un desorden, lo que trae es una sacudida perfecta para que todo ocupe su lugar.

El día que te quieras vas a abandonar todos los acuerdos que te alejaron de vos, en donde dejaste sangre, sudor y lágrimas para complacer, y te desconectaste del placer de estar vivo y de ser simplemente tú.

El día que te quieras te prometo que sin necesitarlo, el amor te estará encontrando en cada esquina, sin pedirte ningún sacrificio a cambio.